viernes, 4 de noviembre de 2011

La carta - Semana 9

Hola papi,  esta carta es para agradecerte por todo lo que me has enseñado a lo largo de estos años, ya que aunque hayamos pasado por peleas y disgustos seguimos teniendo una buena relación. También  es para pedirte perdón por mi comportamiento en los años de rebeldía, ya que siempre me buscabas después de la pelea para encontrar una solución al problema y resolver las cosas entre nosotros.
Siempre que vamos a pasear lo que más disfruto del paseo son las historias que nos cuentas en el camino de cuando eras joven, son historias bastante tristes pero me hacen apreciar aun más lo que tengo ahora. En esas historias siempre relatas de tus aventuras de niño todo lo que pasabas cuando estabas en la escuela y de los enfrentamientos con mi abuela cuando te ibas para los ríos sin su consentimiento después de ir a la escuela, esas siempre son muy chistosas, pero también me contabas historias que me hacen desear que nunca hubieras pasado por eso, eran historias tristes donde cuentas las necesidades que pasaste, y las cosas que deseaste tener y que por falta de dinero no podías. Cuando nos cuentas cuando tenías que trabajar e ir a coger café para comprarte tus zapatos para ir a la escuela y el colegio, esas historias me hacen apreciar cada vez más la cosas que yo tengo.
 





También te quiero agradecer porque a pesar de todos los esfuerzos que has hecho me has sacado adelante a mí y a nuestra familia, y me has enseñado que no solo se necesita tener un titulo de profesional para ser una persona de bien y exitosa en la vida, ya que aunque querías seguir estudiando por el dinero no pudiste, solo se necesita esforzarse por lo que se quiere y ser inteligente en nuestras acciones.
Con el pasar de los años me he dado cuenta de lo mucho que tengo y he aprendido a valorar cada una de esas cosas, y gracias a la familia que formaste he llevado una vida feliz, siempre he contado con su apoyo para tomar decisiones y sobre todo hemos aprendido de los errores cometidos.
Gracias por alégrame todos los días, ya sea con los chistes o historias o enseñanzas que sin darse cuenta me transmites. Ya que todo eso lo guardo en mi corazón para aprender cada día más de ti, y parecerme más a mi papá.

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